Estrella Guía Liberia- Pero para la realización de todos los derechos de la mujer falta mucho todavía

De Tamasin Ford y Tecee Boley*

Monrovia (IPS). La vice-jefa de Policía Bennetta Holder Warner está tras su escritorio de trabajo, sobre el cual se acumulan libros y carpetas de archivo.  Su brillante uniforme negro se ve como nuevo.  La liberiana dirige la Sección Especial para la Protección de Mujeres y Niños que existe desde hace muy pocos años.

„En el pasado no existía semejante Sección, a la que podían recurrir exclusivamente mujeres y niños, para efectuar demandas y solicitar compensaciones”, dice ella. „Después de la guerra, eran ellos los más perjudicados.  Por eso existe ahora esta sección.”

Durante los 14 años de guerra civil, las mujeres y niños de este país de Africa occidental soportaron horribles sufrimientos. Según datos de la Misión de las Naciones Unidas en Liberia más del 60% de todas las mujeres fueron violadas, muchas de  ellas maltratadas como esclavas sexuales.  Otras fueron arrastradas a las zonas de guerra y allí, con fines rituales, fueron obligadas a tener relaciones sexuales con niños.

La Sección para Mujeres de la Policía actualmente está presente en todos los 15 distritos liberianos, para encargarse de estos y otros crímenes semejantes contra las mujeres, de acuerdo a la Resolución 1325 de las Naciones Unidas.  „1325 tiene un enorme efecto”, opina la vice-jefa de Policía Warner.  „Yo, por mi parte, la considero exitosa.  Después de todo tenemos ahora muchas ministras y mujeres en posiciones líderes.  Y aun en la misma Policía ya hay ahora mujeres con el rango de vice-comisarias.”

Liberia toma muy en serio la Resolución.  De este modo ha presentado, como primer país africano, un plan de acción para aplicarse.  Cuando en 2005, Ellen Jonson Sirleaf fue elegida democráticamente, primera Presidenta de Estado y tomó posesión de su puesto, declaró uno de sus objetivos principales,  la acogida de mujeres en las fuerzas de seguridad del país.

Bloqueo por Mujeres obliga al término de la guerra

Liberia padeció una tremenda guerra civil desde 1989 hasta 2003. La cristiana Leymah Gbowee y la musulmana Asatu Bah Kennth fundaron en el clímax de esta guerra, la „Acción Masiva Liberiana por la Paz”.  Se apoyaron en sus comunes creencias y valores humanos, para mobilizar mujeres a través de  las iglesias y mezquitas.  Lograron que miles de mujeres en las calles de Monrovia se reunieran; todas ellas vestidas de blanco.  Entregaron sus demandas al entonces Presidente Charles Taylor y se reunieron con los líderes rebeldes para inducirlos a pláticas por la paz.  También convocaron a una huelga de sexo, para obligar a sus hombres a deponer sus armas.

Pero además estas mujeres mobilizaron a cientos de mujeres refugiadas en los campamentos de Ghana y lograron que llegaran a la Casa de las Negociaciones por la Paz en Akkra en 2003.  Se aliaron con sus colegas de la „Red de Mujeres por la Paz de Manu River“, que se encontraban como delegadas en el interior de esta casa.  Ellas bloquearon  las entradas y salidas y formaron barricadas humanas para los líderes negociantes.  Los amenazaron a no dejarlos salir más hasta que hubiesen llegado a un acuerdo.

Ese fue el fin de la guerra.  Dos semanas después se firmó un acuerdo de paz.

Después ayudaron al desarme de los rebeldes y lucharon por una cuota femenina del 30% en el  parlamento.  Sin ellas, Ellen Jonson-Sirleaf  no hubiera podido ganar las elecciones en 2005 como la primera mujer Presidente de Africa. En seguida después de su elección, proclamó „Ma Ellen”, como se le llama en todos lados, una severa ley contra la violación. 

Una tropa de policía femenina de las Naciones Unidas de la India, es responsable para la seguridad de la capital Monrovia y para la reclutación de mujeres policías.

Mujeres Policías en avance

Mientras tanto avanzan las mujeres en el servicio policíaco.  Hace cinco años, había una sola mujer policía  por cada 20 varones policías, ahora la proporción es de una por cinco.  En las fuerzas armadas está la participación de la mujer en apenas una por diez, visiblemente menor, pero tomando en cuenta la situación de hace cinco años, ya es un progreso.  En aquella época una sóla mujer tenía que hacerse valer ante 100 soldados.

Sin embargo, hasta la aplicación de la Resolución de las Naciones Unidas, Liberia tiene que salvar todavía algunos obstáculos. Parte del mandato es la protección de mujeres y adolescentes contra violaciones,  abusos sexuales y violencia en general. Pero precisamente en las regiones rurales esto es especialmente difícil y el acceso a la justicia para éstas es todavía muy poco accesible.

En la región de Nimba en el norte del país,  se arrastra Hawa, de 27 años, con dificultad fuera de su pequeña choza.  La frágil mujer camina encorvada.  Cada paso duele. Pero aún el sentarse es casi inaguantable.

Hawa, cuyo nombre fue cambiado por la redacción, tuvo un bebé hace 2 meses.  Sólo cuatro semanas después fue violada por siete hombres armados. „Llegaron un jueves hacia las diez de la noche. Me había acostado con mi bebé y mi hermana a dormir”, relata la joven madre con los ojos fijos en el suelo. La arrastraron fuera de la choza hacia un grupo de palmeras cercano. „Ya en el camino allá fui violada.”

La casa de Hawa está situada en una loma rodeada de platanares y palmeras.  La distancia hacia la siguiente estación de policía lleva cinco minutos a pie. „Grité pidiendo socorro, más nadie vino”  Para ella, el caso está muy claro: „Yo no era suficientemente importante para los policías”.

La justicia rural marcada por hombres

La historia de Hawa es una de tantas. Esto lo sabe también Deddeh Kwekwe, en el  Ministerio para Mujeres y Desarrollo encargada de los casos de violencia contra la mujer.

„Es difícil para las mujeres obtener justicia en todo el país”, dice ella. A sabiendas de que no hay suficientes juzgados juveniles, muchos criminales aparentan menos edad.  La funcionaria alega además, que la policía no está bien equipada o armada para someter a los criminales violentos o para llegar a las víctimas.

„Nosotros tuvimos que comprobar que no hay suficientes vehículos para hacer llegar a las personas al juzgado“, reporta la funcionaria Kwekwe. Pero aún con una mujer a la cabeza del Ministerio de Justicia se logra poco en este país. Allí sólo tienen voz y voto los hombre, jueces, abogados y los miembros del jurado. „Contemplan los casos de violencia contra la mujer sólo desde el punto de vista masculino.  Se preguntan, ‘porqué he de meter a un acusado a la cárcel, si es un hombre tal como yo.´

También Bennetta Holder Warner en Monrovia sabe de las dificultades que prevalecen para lograr un castigo. Y señala un problema adicional: „Existen muchas mujeres que se sienten intimidadas para declarar contra su propio marido.”

La estigmatización y discriminación de la mujer en Liberia, obstaculiza también la Resolución 1325 de las Naciones Unidas. Relativo a esto, opina una comisaria de policía, que pidió quedar en el anonimato, „no hay absolutamente nadie que apoye a las mujeres”. El que ella misma haya logrado un puesto más alto, no significa que tenga un salario mejor. „En Liberia”, dice ella, „nada se puede hacer sin las buenas relaciones con el jefe, que por lo general es un hombre”. Las „buenas relaciones“ significan servicios amorosos. La pobreza, la falta de accesibilidad a la cultura y la falta de influencia en el comercio ponen a las mujeres y adolescentes en una situación extremadamente difícil, si se trata de sobrevivir.  Así se encuentran frecuentemente en situaciones tales que no les dejan otro recurso más que ofrecer su cuerpo a cambio de alimento, pago de deudas u otros favores.  De este modo, de acuerdo a reportes mediáticos, ya con diez años están dispuestas a prostituirse por tres centavos.

Tu debes saber porqué lo haces”

La vice-jefa de la policía Warner dice: „Sin embargo hay tanto motivo para tener esperanza”.

Precisamente en el trato con sus colegas masculinos, frecuentemente se siente frustrada e intimidada.  Pero es importante mostrar fortaleza y tener bien puestos los pies sobre la tierra.

„Debes saber exactamente, porqué haces algo. Si estás llena de decisión y amas tu trabajo, lo logras.”

En la oficina de la Sra. Warner reina  el ambiente de trabajo. Cada cinco minutos alguien se asoma a su oficina para preguntarle algo, o para tomar papel de la única impresora  que hay en la Sección de mujeres. „Antes de la guerra estábamos exclusivamente en casa con nuestros hijos, ahora realizamos trabajos de policías”, dice la vice-jefa de la policía y señala las muchas fotografías de las mujeres policías en la pared. „Yo, por mi parte, veo muchos desarrollos positivos”.

En verdad las mujeres han puesto su sello en Liberia. Con la enérgica Presidente de Estado Ellen Johnson-Sirleaf, que está absolutamente resuelta a aplicar la Resolución 1325 de las Naciones Unidas algo se está haciendo en Liberia.

„Ahora existe un interés de educar y cultivar a las jóvenes como las portadoras de la esperanza del mañana”, dice la Sra. Warner. „Su confianza y su empuje se contagian”, opina una joven policía: „No hay nada que no pudiéramos hacer.  Podemos hacer todo igualmente bien como los hombres.“

* Tamasin Ford es una periodista liberiana y reportera de la BBC (British Broadcasting Company) .  Tecee Boley es becaria de „New Narratives”, un projecto mediático para periodistas en Africa.

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